martes, 10 de abril de 2012

...

Con paso abatido me encauzo a la oscuridad
transformando la luz en sombras,
derramando la sangre de un alma guillotinada
por ilusiones vacias, e inoculada por la vida eterna.

Sedienta del liquido que da vida a mi cuerpo
 imagen de mortandad y delirio,
fantasma que se esconde entre sombras
demonio creado por la noche.

Tras una imagen cruenta
se esconde la entretela
de una ternura que se desvanece,
 ya casí inexistente.

Plegaria nocturna, lamento diurno
osado pensamiento apresado por sus demonios
menesteroso camino de sangre y sombras,
fastuoso destino de muerte en vida.

Escondida tras una elegancia efímera
se encuentra la mistica bestialidad,
vehemente y salvaje esencia
de un animal noctámbulo.

Vacuidad hilarante de un alma muerta
sollozos de un cuerpo herido,
lagrimas áridas convertidas en arena,
arrastradas tras un viento cauteloso,
que se niega a aceptar su existencia.

Destinada a ver una luna naciente,
y la muerte de un formidable sol poniente,
refugiada en las sombras
tras palabras sordas que se desvanecen en silencio.

Etéreo resplandor de luna,
que aviva mi desesperado deseo de muerte
y al mismo tiempo enarcede la sed incontrolable
de este agonizante cuerpo sin alma.

lunes, 12 de marzo de 2012

Un escrito olvidado entre papeles...

El anhelo desmesurado
de rozar tus labios con los mios,
escuchar las palabras que jamás pronuncias
imaginar, tan solo, que en algún sitio de tu pensamiento me encuentro.

Como siempre el corazón se engaña,
provocando situaciones que son ficticias
envolviendo en pensamientos y circunstacias,
pasiones efímeras y caricias ansiosas.

La ilusión de encontrarte cada mañana entre mis brazos
se desvanece de mi mente,
y aún así no puedo explicarme ni entender
el motivo de tal evocación.

La soledad es un fantasma,
que se ha propuesto no soltarse
indiferente a la trizteza
que evidencian mis ojos.

La vida se escapa a cada suspiro
me encunetro intentando, inutilmente, cerrar la puerta que la sostiene
aislando mi pensar y trasladandome
a esa inmortal realidad.

Un día de trabajo...

Palabras innecesarias,
para pensamientos vacios,
comprendiendo y aprendiendo
que la voluntad no es más que un mal adherido al corazón.

Y me encuentro tan sola,
como en el lugar más lejano del mundo,
como inexistente e innecesaria,
pagando por los errores cometidos...

y con nadie a mi lado que pudiese comprobar mi valía...