lunes, 10 de mayo de 2010

Desperte

Desperte...




Desperte, con un salado sabor entre los labios,
desperte, despúes de esa pesadilla,
mi mente me juega malas pasadas,
encerrada ahí entre lo real y lo imaginario,
entre mi cuerpo y la ansiedad de un cuerpo atado por el lazo invisible de su verdad.


Desperte y te ví junto a mí,
tu cuerpo desnudo, abrazado fielmente a mi corazón,
parecías dormido y tranquilo a mi lado,
mientras tanto yo paseaba en lo útopicos mundos de mi mente,
personajes nauseabundos penetreban mis caminos,
situaciones ficticias desangraban mi alma,
discusiones insolentes carcomían mi mente.

Y yo ahí apresada sin más salida que la muerte
que me observaba desde donde estaba situada,
parecía una diosa que conquistaba cuan estuviera a su alrededor,
una atracción seductora me encantaba,
y yo bajo sus pies
como un extraño adorando a su dios,
con los ojos llenos de sangre por contemplar tan exquisito y mortal resplandor,
como un adorno más de su oscura vestimenta.

En mi extasis el aire comenzo a faltar,
y yo victima de la desesperación emitía un grito sordo
que se desvanecia en el silencio,
este un encuentro más,
un encuentro más como tantos habia tenido
con una escena que se repetia en mi mente una y otra vez,
con un poder que hacia poner en duda mi existencia.

Y desperte... te veía a ti,
como un niño sin mas protección que mis brazos,
sintiendo la tibiesa de tu aliento en mi pecho,
te convertias en mi salvación,
en aquel ser que merecía mis lagrimas aun sin saberlo...

Desangrandome, viviendo, muriendo,
¿seré realmente aquel ser en el que sin dudarlo depositarias tu esperanza,
tu vida, tu amor, en aquel ser en el hubieses alguna vez soñado?
¿o acasó eres tu ese sueño?

...

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