lunes, 17 de mayo de 2010

Momentos pendietes

Del respirar de las piedras te hablo
de los cantaros de los ríos secos en que he nadado,
hasta hallarte sola y amaneciendo,
te hablo desde la tierra, desde las hojas
desde el pan que habita en la corteza de ciertas semillas,
de ciertas ideas,de horas sin sueño de dias sin hambre
de noches sin lunes proximo de mañana distante,
te escribo desde las tardes que nuestros pasos amaron
te escribo y te dejo un beso con el sabor del aire entre eucaliptos,
escribo por no perderlo por no dejarlo, por no olvidar que  a veces
tal vez sin quererlo... me estes escuchando..

Turiri param, turiri param
turiri param, turiri param
turiri param, turiri pam
tupirim pam

Los días suceden a los días de hacer
y yo pienso tantas veces,
no siento amar, soñar, tocar o andar
si no pretendo que lo hago contigo.

No veo ni en parques ni en tardes de lluvia,
si no como un signo la premonición
de algún encuentro ocasional
que siempre vaga entorno a tí.

Lo vi en el cauce de las avenidas
y en el bullicio de cada cafe,
ningún momento que fuera imposible encontrarme contigo
quedarte de ver y así transito calles que a tu lado
se me revelan para recorrer
por camellones, plazas y mercados
por bancas de parque que nunca nos ven.

Los edificios y calles del centro
tienen un tiempo diferente al nuestro,
los recorridos y pasos de gente y más gente en aceras... y en la coladeras.
Un metro que vive atestado y andando y siempre vuelve donde comenzó
del mismo modo que vuelve tu ausencia a mi lado en cada sitío donde estoy.

Los edificios y calles del centro me dan una visión atemporal
o en el momento en que detiene un alto invita a imaginar,
cada quien tiene su propia lista interminable de historias que puede guardarle un lugar
que si comienzan contigo y terminan sin tí son hiatorias de nunca acabar.

Hay días que andando por Chapultepec
del lado viejo del bosque, veo que paseos y jardines, glorietas y puentes
aun guardan encuentros que no han sucedido
momentos que siguen pendientes, fragmentos de vida que andan por ahí
del mismo encuentro ocasional que siempre vaga entorno a tí...

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